Personas (I): Ella
Personas (II): Yo
Personas (III): Conciencia y costumbre
Personas (IV): Descendencia
Derrotado. Ésa era la palabra. Después de mucho pelear, estaba derrotado. La noche intentaba disimularme con su manto oscuro. De rodillas, en el suelo, repasaba al completo la serie de acontecimientos que habían provocado aquél sentimiento. No tenía fuerzas para nada, estaba muy cansado. Pero no era un cansancio físico, era más bien mental. Se había derretido mi voluntad.
-“No puedes permitirlo, levántate...” - me decía para mí.
Y entonces la vi. A lo lejos, me pareció que había una persona tirada en el suelo, y no se movía. Me incorporé, el supuesto ser humano estaba al final de la calle. Tenía el pelo largo, así que pensé que debía ser una chica. Me acerqué corriendo, intentando no pensar que estaba muerta.
-"Está muerta...seguro que está muerta..." - ...maldito yo... - "¡Eh!" - grité - "¿¡Te encuentras bien!?"
No hubo respuesta audible. Ahora ya tenía toda la pinta de ser una chica. Recorrí los últimos metros que me separaban de ella ya sin correr. Me acerqué lentamente como si ella me pudiera estar gastando una broma y yo no quisiera que me pegara el susto de mi vida.
-"¿Hola? ¿Estás herida?" - nada.
En momentos como ése olvidas tu propia situación. Da igual si has perdido tu casa, tu trabajo o te estás muriendo...te olvidas. Y yo también me olvidé de todo.
-"De acuerdo..." - pensé - "...vale, no pasa nada. Búscale el pulso, seguramente sólo está inconsciente. Llamas a una ambulancia, se la llevan al hospital y en unas horas está dando saltos por ahí alegremente."
No sé por qué me imagino a la gente dando saltos alegremente...Bueno, es igual. Estaba de espaldas a mí. La rodeé y me arrodillé de nuevo. Me parecía que la Luna brillaba el doble, como si la noche se enorgulleciera de mí.
-"Vaya...qué guapa..." - no tengo remedio - "...estooo...la muñeca, comprueba el pulso..."
Le cogí el brazo y puse dos dedos sobre la parte interior de su muñeca, cómo había aprendido en el colegio. Un sudor frío me recorrió la espalda...no noté nada.
-"¡Eh! ¡He notado algo!" - cuando estoy solo hablo en voz alta, cómo en las películas - "Vamos, dame otra señal..."
Había pulso, aunque muy débil. Rápidamente, mientras continuaba sujetando su muñeca con una mano, con la otra saqué mi teléfono móvil y empecé a marcar un número. Yo creía que era el de emergencia sanitaria. Lamentablemente, parece que no fue así.
-"...Bienvenido al servicio de reloj...son las once horas y veintiséis minutos..." - una femenina voz robotizada se reía de mí desde el otro lado de la línea.
-"¿Pero que mier....? Joder, soy gilipollas, ¿me he equivocado de número?" - sí, eres gilipollas, y no sabes cuánto.
La segunda vez hubo más éxito. En parte puede que sea debido a que esa vez miré el teclado del teléfono...cosa que probablemente me ayudó a acertar los números. Otra voz femenina, esta vez humana, me atendió amablemente mientras yo me la imaginaba, avergonzado, conteniéndose la risa. Iban a mandar una ambulancia a toda prisa.
-"No se ponga nervioso, enseguida llegara el equipo médico. No cuelgue, por favor. ¿Está la chica herida?"
-"Pues...déjeme ver...no hay sangre en ningún sitio...y tampoco parece que le hayan pegado ni nada...lleva una pequeña mochila y no está abierta ni forzada...supongo que se ha desmayado." - ahora resulta que tengo un título de medicina.
-"Bien...no deje de controlarle el pulso. Si desaparece, avíseme. ¿Sería tan amable de comprobar la temperatura de la chica?"
-"Señora, no creo que esta chica me diera permiso para tocarla en dos sitios distintos en tan poco tiempo." - calladito estás más guapo, que sabias son las madres.
Yo tenía un amigo que siempre me decía que antes de hablar, pensara un poquito. No sé dónde demonios se había metido en ese estúpido momento.
-"¿Qué...?¿Cómo dice...?" - digo que voy a ser la hazmerreír del hospital durante meses.
-"¡No! ¡Nada! ¡Enseguida lo compruebo! Un momento por favor..." - que me atropelle la ambulancia, por favor - "Parece que tiene algunas décimas...pero no sabría decirlo a ciencia cierta."
-"De acuerdo, no se preocupe." - en ese momento, empecé a oír una sirena.
-"Ah, ya están aquí. ¿Tengo que hacer algo más?" - le pregunté a la amable señora.
-"No, el equipo médico se encargara de todo. Cuando lleguen, si es tan amable, páseme con el médico."
-"Si, de acuerdo."
La ambulancia llegó, se bajaron de ella dos mujeres y un hombre. ¿Cuántos piensan que el hombre era el médico? Vaya... pues no, machistas de mierda, era una de las mujeres. El hombre era el conductor, y para cargar cosas los tíos vamos muy bien. Le dí el teléfono al médico mientras le tomaban pulso y temperatura (¿para eso me tienen haciendo el imbécil?) a la chica.
-"Muchas gracias. ¿Es usted familiar?" - la doctora me devolvía mi teléfono.
-"¿Yo? No."
-"¿Amigo? ¿Conocido?"
-"Nop, desconocido. Es la primera vez que la veo...pero..." - ¡venga, cobarde" - "...¿puedo acompañarles al hospital? No me voy a quedar tranquilo hasta que no sepa si está bien o no."
-"Bueno...tampoco tenemos a quién llamar...mis compañeros dicen que no lleva documentación...por mí no hay problema pero si conseguimos contactar con la familia..."
-"Tranquila, si me piden que me vaya me iré...pero sería una pena que se despertara y no hubiera nadie, ¿no?"
La mujer me miró un momento. Creo que no sabía si reírse o pegarme una paliza. Parece que, por suerte, decidió reírse.
-"¡Ja, ja, ja! Va a resultar que esta chica ha tenido suerte..."
-"¿Qué? ¿Por qué lo dice?" - podía sentirme los colores...bueno, el color: rojo tomate.
-"...anda, sube con ella y mi compañera a la parte trasera y avisadme si se despierta."
Wu Ying Ren 死
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