Nunca se atrevió. Pero ahora tenía una última oportunidad de resarcirse. Con su espada, fiel compañera, en la mano no podía sino mirar al frente. Cansado, jadeante, no quería rendirse a no ser que ya no quedara ni una gota de vida en su cuerpo. La armadura le pesaba más que nunca. Aquel traje de metal parecía querer obligarle a tumbarse y rendirse al que parecía el fin último.
-"De nuevo, tú y yo solos." - la voz de su némesis sonaba, desafiante.
No dijo nada. No iba a decir nada. No pensaba decir ni una palabra. Aquella lengua viperina ya le condujo a error en otro tiempo y nunca más iba a permitírselo. Seguiría allí, jadeando y con la mirada fija en aquél viejo.
-"¿No dices nada?" - insistía su enemigo - "¿Tienes miedo?"
¿Miedo? Cerró los ojos, y respiró hondo. Se imaginó a sí mismo en casa, con aquella hermosa joven que había conocido en invierno. Y de pronto la armadura ya no le pesaba, y la espada era también ligera, como si estuviera hueca o fabricada en papel. La brisa, ligera, acariciaba su pelo y lo hacía bailar a su voluntad. Una sonrisa apareció en su rostro.
-"¿Qué te pasa? ¿Estás alucinando? No sería extraño después de haber visto morir a todo tu ejército sin poder hacer nada..."
En ese preciso momento, agarró su arma con renovadas fuerzas. La elevó frente a su rostro y abrió los ojos con determinación. Clavando de nuevo su mirada en el viejo, dio un paso al frente.
-"Despídete." - dijo.
-"¿Cómo? ¿Qué dices?" - respondió el viejo, algo intimidado.
-"¡DESPÍDETE!" - insistió - "Debí matarte cuando tuve la ocasión, y nada de esto habría ocurrido. Pero entonces sólo era un niño. Sin embargo, voy a enmendar ese error. ¡Hoy vas a morir!"
Sobre cómo acabó la historia...dicen que el viejo cayó de un sólo golpe. Bueno, las leyendas cuentan lo que el pueblo quiere oír. Les dan esperanzas para seguir adelante. Hablan de héroes y heroínas. De malvados villanos que son erradicados por éstos. Sin embargo, hay otras versiones menos populares que cuentan todo lo contrario. En mi opinión, ambas podrían haber ocurrido.
No dijo nada. No iba a decir nada. No pensaba decir ni una palabra. Aquella lengua viperina ya le condujo a error en otro tiempo y nunca más iba a permitírselo. Seguiría allí, jadeando y con la mirada fija en aquél viejo.
-"¿No dices nada?" - insistía su enemigo - "¿Tienes miedo?"
¿Miedo? Cerró los ojos, y respiró hondo. Se imaginó a sí mismo en casa, con aquella hermosa joven que había conocido en invierno. Y de pronto la armadura ya no le pesaba, y la espada era también ligera, como si estuviera hueca o fabricada en papel. La brisa, ligera, acariciaba su pelo y lo hacía bailar a su voluntad. Una sonrisa apareció en su rostro.
-"¿Qué te pasa? ¿Estás alucinando? No sería extraño después de haber visto morir a todo tu ejército sin poder hacer nada..."
En ese preciso momento, agarró su arma con renovadas fuerzas. La elevó frente a su rostro y abrió los ojos con determinación. Clavando de nuevo su mirada en el viejo, dio un paso al frente.
-"Despídete." - dijo.
-"¿Cómo? ¿Qué dices?" - respondió el viejo, algo intimidado.
-"¡DESPÍDETE!" - insistió - "Debí matarte cuando tuve la ocasión, y nada de esto habría ocurrido. Pero entonces sólo era un niño. Sin embargo, voy a enmendar ese error. ¡Hoy vas a morir!"
Sobre cómo acabó la historia...dicen que el viejo cayó de un sólo golpe. Bueno, las leyendas cuentan lo que el pueblo quiere oír. Les dan esperanzas para seguir adelante. Hablan de héroes y heroínas. De malvados villanos que son erradicados por éstos. Sin embargo, hay otras versiones menos populares que cuentan todo lo contrario. En mi opinión, ambas podrían haber ocurrido.
Pero el corazón de la cuestión es otro. La pregunta que habríamos de hacernos aquí no es cómo acaba la historia. No, es otra. ¿Acertáis a dar con ella?
Wu Ying Ren 死
1 comentari:
La pregunta que creo que nos deberiamos hacer és: ¿que determina la diferencia entre el bien y el mal?.
Y la respuesta probablemente se encuentra en esta entrada y en nuestras mentes.
Publica un comentari a l'entrada