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dilluns, 4 d’agost del 2008

Un sueño

Me desperté con un terrible dolor de cabeza. "Tienes que cuidarte más", pensé. Me levanté de la cama y decidí no ponerme las lentillas para dejar descansar a mis ojos. Imaginé que pasaría pronto, después de un pequeño desayuno, así que me puse a ver la tele un rato. No había nada especial a esa hora. Pero entonces recordé que tenía grabados los dos últimos capítulos de una de mis series favoritas. Tras verlos, el dolor de cabeza seguía ahí y tenía un nuevo amigo: el sueño. Me pareció oír que habían llamado a la fiebre, pero les dijo que tenía que resolver antes un asunto pendiente.

"Hergest Ridge" sonaba de fondo, muy bajito mientras intentaba dormir otro rato. Pensé que me ayudaría a relajarme y a dormir mejor. Y así fue. Una hora después me levanté de nuevo con dolor de cabeza pero ya sin sueño. No tenía ganas de nada así que volví a encender la tele a ver si comenzaba ya la carrera de Formula 1. Tenía mucha hambre pero ya casi era la hora de comer.

Comí todo lo que pude y más, sin enterarme de prácticamente nada de lo que acontecía a mi alrededor o en el circuito de carreras. De nuevo, el sueño llamaba a mi puerta insistentemente. En cuanto terminó la carrera, me fuí a dormir de nuevo. Y entonces mi mente comenzó a funcionar. Escribí este texto mentalmente mientras imaginaba algo que ya no sabía si era realidad o sueño. No sé si estaba despierto o soñando. El caso es que había una chica conmigo. No sé quién era, juro que era la primera vez que la veía. Ella me cuidaba con su magia, sus palabras me tranquilizaban y podía seguir durmiendo. A ratos, tarareaba muy bajito una canción desconocida para mí. Pero conmigo no había nadie, porque en ese momento estaba solo en casa. Cuando me desperté, el termómetro batía récords marcando 40 grados. ¿Estaba delirando ya por la fiebre? ¿O sólo fue un sueño? Puede que, cuando las cosas no van como queremos, nuestra mente nos sumerja en una realidad imaginaria en la que todo sale a nuestro gusto.

Ahí estabas tú, seas quién seas, con tu mirada triste. Buscando refugio, y dándolo a la vez. Con tu magia me hacías sentir mejor. Pero en realidad sólo eras un producto de mi imaginación...Ojalá algún día me despierte mientras tú tarareas esa canción que tanto te gusta...pero con una condición: que no sea un sueño.

Wu Ying Ren

2 comentaris:

Anònim ha dit...

hay veces q los sueños se hacen realidad....

wuyingren ha dit...

Si. Y hay veces que sólo son producto de la fiebre.

Wu Ying Ren 死