Back to...Montségur (II)

¡Espera! ¡No sigas leyendo! Esta entrada forma parte de una serie. Primero deberías leer las entregas anteriores:

Back to...Montségur (I)

"¡Alégrate mucho, hija de Sión!
¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén!
Mira que tu rey vendrá a ti, justo y salvador,
pero humilde, cabalgando sobre un asno,
sobre un pollino hijo de asna."

Zacarías 9:9

El otro día, hablando con una amiga, surgió el tema de por qué Jesucristo fué juzgado y condenado a la crucifixión. Probablemente hay mucha gente que no sabe el motivo real, yo mismo me enteré hace un par de años. Aunque se podría decir que recibí una educación cristiana y quizás debería saberlo, yo estaba convencido que lo habían detenido por ser cristiano. Y que había sido juzgado por los romanos por esa razón. Pero, por lo visto, no fué así.

Hará un par de años tuve la ocasión de disfrutar un documental del fantástico Canal de Historia (100% recomendable). En él se hablaba de la vida de Cristo y de cómo habían sido los primeros años del cristianismo. Se hablaba de la tradición oral de la que os hablé, de cómo y cuándo se escribieron los evangelios y de cómo los Padres de la Iglesia decidieron unificar el credo. También se narraba la historia de cómo Jesús fué juzgado y crucificado. Esta historia, que aparece en los evangelios sinópticos (los de Mateo, Marcos y Lucas, llamados así por su afinidad entre sí), cuenta cómo (después de la famosa entrada a Jerusalén montado en un asno, que se puede ver en multitud de imágenes y también en las marchas procesionales típicas de Semana Santa) Jesucristo se acercó al Templo de Salomón.


"Entró Jesús en el templo de Dios y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo; volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas, y les dijo: «Escrito está: "Mi casa, casa de oración será llamada", pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones»."

Mateo 21.12-13 (Marcos 11.15-17, Lucas 19.45-46)

Tal y como explicaba el documental, Jesucristo entró en el templo de Dios (el templo de Salomón) en día de mercado. En la plaza, arremetió con todo y con todos, echando de allí a los comerciantes e incluso llamándoles "ladrones". Después, en los evangelios se cuenta que curó a los ciegos y cojos que se le acercaron. Los sacerdotes, al ver el revuelo que había causado y al ver a los enfermos y a los niños aclamándole como "Hijo de David", se enfadaron con él y, algunas versiones cuentan que incluso Jesús entró en el interior del templo abofeteando a los sacerdotes que encontró a su paso para, una vez en el centro, acusarles de corrupción. El caso es que un judío entró en el templo más sagrado de la religión judía, en un día sagrado para los judíos (día de mercado), destrozó las "sagradas" propiedades de los comerciantes, y atacó también a los "sagrados" sacerdotes (como poco ofendiéndoles, sea o no cierta la versión que incluye bofetadas). Se podría decir que cabreó al pueblo judío, y fué condenado cómo hoy condenamos a mucha gente sin más. Lo mejor de la historia, es que las autoridades religiosas judías pidieron a los romanos que juzgaran a Cristo, pero los romanos no quisieron meterse en líos. Decidieron dejar al Mesías, uno de tantos profetas de la época, en manos hebreas por miedo a revueltas tras desestabilizar la zona con una decisión equivocada. Además, en el documental se hablaba de como, versión tras versión, en la Bíblia los demandantes poco a poco pasaron de ser sólo las autoridades religiosas hebreas a ser todo el pueblo judío al completo con insultos, golpes y otras vejaciones durante el juicio. Me permito parafrasear al profeta y digo que...escrito está: "Su casa, casa de oración será llamada", pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.

Tiempo después, en el siglo XI, el cristianismo ya era religión mayoritaria en Europa. La Iglesia dominaba el poder temporal aunque su mensaje distaba ya mucho de lo que Cristo había predicado.

"Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán."

Juan 15,20

Pero a la Santa Sede le crecieron los enanos...valdenses, husitas, bogomilos y otras sectas decidieron separarse y predicar su propia visión de la palabra de Cristo, todas diferentes. Y de todos ellos, el Papado, por alguna razón, temió sobretodo a los albigenses...también conocidos como cátaros (o bons homes como se llamaban a sí mismos). Hasta el punto de no sólo lanzar contra ellos al Santo Tribunal de la Inquisición, sino también de levantarse en armas contra ellos. Una guerra para salvar a la cristiandad de los herejes y sus satánicos cultos. Una guerra para salvar a la cristiandad...de la cristiandad. Todas las sectas que aparecieron y fueron catalogadas como heréticas eran, en realidad, sectas cristianas como la misma Iglesia Católica.

Los cátaros, concentrados mayoritariamente muy cerca de mi tierra - aunque también existía otra corriente diferente en el norte de Italia - , en Occitània (con el favor de los nobles locales encabezados por Raimundo VI de Tolosa, que los protegían y de su aliada, la Corona de Aragón), eran seguidores de Jesucristo y predicaban las Sagradas Escrituras. Intentaban imitar los ritos y costumbres de los primeros cristianos, a los que ellos consideraban los auténticos cristianos. No daban valor a nada material, ni a sus propias vidas. Porque creían que este mundo era un lugar de paso antes de volver a encontrarse con Dios y, por tanto, consideraban que sus cuerpos carnales eran una especie de prisión. El texto cátaro más importante que se conserva es el Liber de duobus principiis (Libro de los dos principios). Los cátaros, en contraposición con el catolicismo, creían en la existencia de dos principios originarios (en lugar de uno, Dios, como creen los católicos). Dichos principios son Dios y el Dios Extranjero, algo así como Satanás. Dios es el creador de los espíritus, del bien y del Nuevo Testamento. Por contra, el Dios Extranjero es el creador de la materia, del mal y del Antiguo Testamento (para variar, la herencia judía se lleva los palos). Así, el universo y todo lo que contiene es obra de Satanás, y es corruptible. Dios creó el cielo y la tierra nueva, el paraíso, que dura para siempre y está regido por el bien.

Para salvar sus almas, los cátaros disponían de un único sacramento (contra siete católicos ,establecidos en el siglo XIII): el consolament o consolamentum. El consolament era voluntario, se podía recibir en cualquier momento de la vida y se ofrecía a todas las personas moribundas. Mediante éste sacramento, se garantizaba la salvación del alma (de no recibirlo antes de morir, el alma vagaría de cuerpo en cuerpo) pero también tenía otra utilidad. Aquellos que querían entregar su vida a continuar la obra de los apóstoles podían ser ordenados como perfectos o bien "buenos hombres" o "buenas mujeres". Sí, las mujeres tenían acceso a la vida religiosa y disponían de igualdad de oportunidades, e incluso llegaron a ocupar altos cargos. La Iglesia insultaba a éstos llamándolos "cátaros" y la documentación de la Inquisición les otorgaba el nombre de heretici induti (herejes revestidos). Una vez ordenados, dedicaban su vida a ayudar a los demás y se encargaban de tareas como por ejemplo cuidar de los leprosos. Los perfectos no tenían relaciones sexuales, ya que generaban nuevos cuerpos, nueva carne, materia impura. Y tampoco comían carne por la misma razón, era materia impura, y tenían prohibido matar a cualquier criatura. Sí comían pescado, y vestían de forma austera. A los creyentes (personas que no habían recibido el consolament) no se les aplicaban normas tan estrictas y se les permitía contraer matrimonio y mantener relaciones sexuales.

Una comunidad de iguales, dónde nadie era mejor que nadie. Dónde las casas estaban abiertas a los visitantes. Una comunidad que tenía sus cosas malas también pero de ningún modo se merecían desaparecer del mapa. Y menos aún, masacrados de esa forma...

Wu Ying Ren 死

Back to...Montségur (III) (Próximamente)

PS: Quiero pedir perdón por la pérdida de calidad de mis últimos escritos.

Enlaces para curiosos:

BibleGateway.com - Consulta varias versiones de la Bíblia desde tu navegador
Los cátaros: más acá del mito (I) - Alguien que sabe más que yo sobre catarismo

Otros materiales relacionados:

Historia National Geographic ("La herejía cátara", Número 47, Págs. 66-77)