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dissabte, 2 d’octubre del 2010

El último


En Minnesota hace frío. Mucho frío. Y en este pueblo, en invierno, solemos quedarnos aislados del mundo. Completamente. Pero este invierno, va a ser el último. Esta nevada eterna, acabará con la historia de este pueblucho.

Y mientras miro el reloj de pared que hay en mi cocina, sé que lo sé. Sencillamente lo sé. Y no es por ir de guay. Los poco menos de 500 habitantes están muertos.Los han asesinado. Es suficiente prueba, ¿no?

Y hoy me toca a mí. No queda nadie más. Me tiene que tocar a mí, por fuerza.  Al principio, no quería que el tiempo pasara. Pero después de cinco o seis horas, la impaciencia me invade. Y me he sentado en la cocina a esperar mi hora, fumando todo lo que se puede fumar y escribiendo esta chorrada en mi portátil. Ven ya, maldito asesino, y acaba con esto de una vez.

Como si no pudiera salir de la habitación, estoy aquí, encerrado. Esperando que vengas, que aparezcas de repente con un cuchillo. Con una katana o dardos venenosos. Con una sierra eléctica. Con una pistola, o con un bazoka. Con un tanque, si es preciso. Con mondadientes, con una cuchara. ¡Dios, con peluches si quieres! No me importa. Al fin y al cabo, el fin justifica los medios, ¿no?

Pero mátame, ¡maldita sea!

He visto los cadáveres de todo el maldito pueblo. Muertes horribles. Los he enterrado. ¿A qué esperas? Hazme esperar diez minutos más y saldré a buscarte.

Has conseguido que quiera morirme, ¿por qué te escondes? ¿Es que no te excita matar a alguien que quiere morir? ¿Quieres que me vuelva loco? ¿Es una especie de experimento social? ¿Una cámara oculta?

¿Soy especial? ¿Estás enamorado de mí?

O es que yo...soy...

Wu Ying Ren 死

2 comentaris:

Null ha dit...

Eres el asesino! xD

Bien, bien. Este relato me ha gustado.

Rose Black ha dit...

M'encanta...
I no diré res més per no cagar-la, però m'agrada moltíssim.