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dilluns, 9 de febrer del 2009

My way

Estos días tan agitados que nos ha traído la famosa crisis, que nadie pudo prever porque estábamos todos muy ocupados chupando del bote, me han casi obligado a pensar en mi futuro inmediato. Aunque tenía algunas ideas preparadas para los próximos años puede que sea el momento de llevarlas a cabo, ahora que parece que sobreviene el estúpido Apocalipsis.

Sin embargo, parece ser que aquí todo el mundo sabe lo que debo, puedo, tengo, he o me siento obligado a hacer. Es decir, mientras todo quisqui hace lo que le sale de los santos cojones, literalmente, yo tengo que seguir unas normas y una especie de ética que los mencionados individuos se han saltado a la torera durante toda su vida. ¿Por qué? Porque si no lo hago, acabaré como ellos.

Ejemplo número uno. Julián comenzó sus estudios universitarios sin absolutamente ni una sola pizca de ilusión. Le daba igual tener o no tener un título universitario que sabía de sobra que no le iba a servir para nada. De todas maneras, y movido por la ética de sus padres, probó suerte. Si no era muy complicado, puede que consiguiera sacarlo sin mucho esfuerzo. Ni dos meses después, ya lo había dado por perdido y buscaba un trabajo que le diera unos ingresos que poder invertir en sus caprichos. ¿La razón? Estudiar no da dinero. Es más, cuesta una pasta.

Un buen día, le comento a Julián que estoy pensando dejar mis estudios universitarios (que me están sangrando económicamente a base de bien). Le explico que no me van a reportar nada importante: es decir, no me harán más feliz ni tampoco mejor persona. Le digo también que otra opción que estoy barajando es la de cambiar de carrera. De antemano, conozco la respuesta. Como un padre sobreprotector, Julián, que se arrepiente de no haber aprovechado su oportunidad, se abalanza sobre mí intentando demostrarme lo loco que estoy. Automáticamente, dejo el tema. ¿La razón? A Julián, en su día, intentaron convencerle de lo mismo. Pero él había tomado su decisión ya. Conocía los pros y los contras de sobra, porque ya no era un crío. Pero en la vida de Julián sólo decidía una persona: Julián.

La pregunta es: ¿No sabías ya a qué te exponías? ¿Sí? Vaya, qué sorpresa.

Ejemplo número dos. Martín dejó los estudios con catorce años y se puso a trabajar. No eran tiempos fáciles y no todo el mundo podía permitirse estudiar. Cómo no le ponía empeño (en parte porque no le interesaba nada de lo que aprendía), su padre le dió a elegir entre seguir estudiando o empezar a trabajar. Martín eligió empezar a trabajar. ¿La razón? Principalmente porque podría por fin tener su propio dinero. Ya he dicho que no era tiempos fáciles y se podría pensar que no tenía otra alternativa, que antes no era tan fácil...pero también he dicho que su padre le ofreció seguir estudiando...

Un buen día, Martín (que ya es padre de familia) me habla sobre una oferta de trabajo que le han comentado. Me dice que había pensado en mí, porque "era de lo mío". Yo me siento agradecido, pero le digo que no tengo claro si quiero seguir trabajando "de lo mío", que no me reporta nada de lo importante: es decir, no me hace más feliz ni tampoco mejor persona. Le digo que estoy pensando tomarme un respiro para intentar aclarar unas ideas que tengo en la cabeza, y llevarlas a cabo si es posible. Martín, que se arrepiente de no haber aprovechado su oportunidad, se abalanza sobre mí intentando demostrarme lo loco que estoy. Automáticamente, dejo el tema. ¿La razón? A Martín, en su día, intentaron convencerle de lo mismo. Pero él había tomado su decisión ya. Conocía los pros y los contras de sobra, porque ya no era un crío. Pero en la vida de Martín sólo decidía una persona: Martín.

La pregunta es: ¿No sabías ya a qué te exponías? ¿Sí? Vaya, qué sorpresa.

Y, digo yo, ¿por qué cojones tengo yo que seguir el camino que vosotros no seguísteis? ¿Por qué siempre que no lo hago soy tonto, estoy loco o me estoy equivocando? ¿Y no será que, sencillamente, estoy siguiendo mi propio camino, diferente del vuestro y del de todo el mundo? Estoy harto de aguantar todas esas gilipolleces. Si no os gusta lo que veis, pues no miréis.

Y como decía la canción...

Yes, there were times, Im sure you knew
When I bit off more than I could chew.
But through it all, when there was doubt,
I ate it up and spit it out.

I faced it all and I stood tall;
And did it my way.

Wu Ying Ren

P.S: ¿Y vosotros qué pensáis? Por ejemplo, ¿tomarse un respiro y estar un tiempo sin trabajar es el fin del mundo?


1 comentari:

Null ha dit...

Poco podremos opinar sobre esto. Mi opinion creo que ya la sabes, tu eres dueño de tu vida, debes decidir por ti mismo.

Por propia experiencia, estudiar no es un camino de rosas, requiere una serie de sacrificios y no te asegura nada. Trabajar te aporta dinero pero te esclaviza a una rutina.

Decidir por lo que te digan los demas va a ser peor solucion que decidir mal, si tu te equivocas, quizas te arrepientas de tu mala decision, si te equivocas por ellos estaras frustrado toda la vida por no haber podido hacer aquello que quieras a tiempo.

Yo simplemente te diria que hagas lo que hagas tengas un poco de responsabilidad. Quiero decir, por ejemplo, que no te vayas de fiesta cada dia porque no quieras estudiar y/o trabajar.


¿Alguien opina algo mas?