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dijous, 19 de febrer del 2009

Back to Kowloon (IV)

¡Espera! ¡No sigas leyendo! Esta entrada forma parte de una serie. Primero deberías leer las entregas anteriores:

Back to Kowloon (I)
Back to Kowloon (II)
Back to Kowloon (III)

"...December 7th, 1941 - a date which will live in infamy..."
- Franklin Delano Roosevelt.


Mientras los nazis sembraban el terror en la vieja Europa, Japón continuaba su avance en tierras chinas. El ejército imperial nipón controlaba el noreste del país. Sólo hubo un frente que consiguió resistir con fiereza: Shanghái. El general Chiang Kai-shek ordenó la retirada hacia el interior del país, pero envió a sus mejores tropas a Shanghái. Los japoneses, que pensaban que la ciudad caería en unos pocos días, se encontraron con que tres meses después seguían intentando conquistarla. A finales de 1937, las tropas niponas entraban en Shanghái y poco después lo hacían en Nanjing. Se había conseguido evacuar la ciudad en parte y se trasladó el gobierno a Chongquing, en el interior de China. En Nanjing, los japoneses realizaron una de las gestas que les han llevado a ser tan queridos por sus vecinos. Un sólo dato bastará: más de 300.000 muertos.

Para 1938, Japón controlaba gran parte del territorio chino. En 1939, los japoneses decidieron mirar hacia otra parte, en busca de territorios más sencillos de ocupar. Ante esta oportunidad, los chinos se mostraron incapaces de organizarse, y no pudieron impedir que las tropas niponas continuaran avanzando, aunque a un ritmo más lento. La historia nos trae de vuelta a Kowloon, aún en su forma de ciudad amurallada, en 1940. Los japoneses consiguen invadir Hong Kong en ese año y, al llegar a Kowloon, deciden desmantelar la muralla para construir el aeropuerto Kai Tak.

La Ciudad Amurallada desaparecía. El ejército imperial evacuó la zona y derribó prácticamente la totalidad de la ciudad, incluida la muralla. Sólo quedaron algunos legajos de la puerta Sur, que aún hoy se conservan. Pero la historia de Kowloon no acaba aquí.

Mientras los japoneses conquistaban las posesiones europeas en el sudeste asiático, los alemanes y sus aliados europeos se preparaban para invadir la Unión Soviética e intentar erradicar el comunismo y su poderío militar. Japón pretendía sacar tajada de la inestabilidad europea y en julio de 1941 invade el sur de Indochina. La respuesta de los gobiernos occidentales fue rápida: bloqueo de fondos. Y los Estados Unidos establecieron un embargo completo del suministro de combustible al país nipón, del cual ellos eran responsables aproximadamente en un 80%. Los japoneses, lejos de amedrentarse, tomaron esta decisión como una declaración abierta de guerra por parte del gobierno estadounidense. Ya en Diciembre y con los nazis a las puertas de Moscú, el ejército soviético consigue igualar en número a los nazis en el frente occidental (donde agonizan Leningrado y Sebastopol desde Octubre) gracias al envío de nuevos refuerzos. Además, consiguen estabilizar el frente oriental colocando algunas tropas para prevenir un ataque japonés. El 5 de Diciembre, los soviéticos contraatacan masivamente en el Oeste, haciendo retroceder a los alemanes casi 250 km.

El 7 de Diciembre de 1941, a las 7.39 de la mañana, los radares de la base estadounidense de Pearl Harbour, en Hawaii, habían perdido el contacto con un grupo de aviones que volaba en dirección a la base. Los japoneses habían planeado destruir completamente los activos norteamericanos en el Pacífico, facilitando su lucha contra británicos, holandeses y estadounidenses para poder establecerse como únicos dueños de ese enorme océano. Si los Estados Unidos conocían o no dicho ataque, si hubieran podido evitarlos o si prefirieron no evitarlo para tener una excusa con la que entrar en la guerra como víctimas en lugar de como atacantes aún se discute...pero lo único que sabemos seguro es que el ataque tuvo éxito. Lo que significa que murió gente. Y que, probablemente, fue un infierno.

Al día siguiente, el Presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, daba un discurso que ha pasado a la historia como el "Discurso de la Infamia". En tan sólo seis minutos y medio, declaró la guerra a los japoneses:

Sr. Vicepresidente, Sr. Portavoz, miembros del Senado y de la Cámara de los Representantes:

Ayer, 7 de Diciembre de 1941 - una fecha que pervivirá en la infamia - [los] Estados Unidos de América fueron repentina y deliberadamente atacados por las fuerzas navales y aéreas del Imperio del Japón.

Los Estados Unidos estaban en paz con esa nación, y, a solicitud de Japón, aún mantenían conversaciones con su Gobierno y su Emperador considerando el mantenimiento de la paz en el Pacífico. Efectivamente, una hora antes de que los escuadrones aéreos japoneses comenzaran el bombardeo en la isla americana de Oahu, el embajador japonés en los Estados Unidos y su colega Saburo Kurusu, entregaron a nuestro Secretario del Estado una respuesta formal a un reciente mensaje americano. Y mientras esa respuesta estipulaba que parecía inútil continuar las negociaciones diplomáticas existentes, no contenía amenaza o indicios de guerra o de ataque armado algunos.

Quedará registrado que la distancia a Hawaii desde Japón hace obvio que el ataque había sido planeado deliberadamente muchos días o incluso semanas antes. Durante la intervención militar el Gobierno Japonés ha buscado deliberadamente engañar a los Estados Unidos mediante el uso de falsas afirmaciones y expresiones de esperanza por una paz continuada.

El ataque de ayer en las islas de Hawaii ha causados importantes daños a las fuerzas navales y militares americanas. Lamento comunicarles que muchas vidas americanas se han perdido. Además, buques americanos han informado haber sido torpedeados en alta mar entre San Francisco y Honolulu.

Ayer el Gobierno Japonés también lanzó un ataque contra Malasia.

Anoche fuerzas japonesas atacaron Hong Kong.

Anoche fuerzas japonesas atacaron Guam.

Anoche fuerzas japonesas atacaron las islas Filipinas.

Anoche fuerzas japonesas atacaron la isla Wake.

Y esta mañana los japoneses atacaron la isla Midway.

Japón, por lo tanto, ha emprendido una ofensiva sorpresa extendida por todo el área del Pacífico. Los hechos de ayer y hoy habla por sí solos. El pueblo de los Estados Unidos ha formado su opinión y comprende bien las implicaciones hacia la vida y seguridad de nuestra nación.

Como Comandante en Jefe del Ejército y la Marina, he ordenados que se tomen todas las medidas para nuestra defensa.

Pero siempre recordará nuestra nación el carácter de la ofensa contra nosotros. No importa cuánto tiempo nos cueste superar esta premeditada invasión, el pueblo americano en su justificado poder logrará la victoria absoluta.

Creo que interpreto el deseo del Congreso y del pueblo cuando afirmo que no sólo nos vamos a defender hasta el final, sino que nos aseguraremos que esta forma de traición no pueda dañarnos nunca más.

Las hostilidades existen. A nadie se le escapa que nuestra gente, nuestro territorio y nuestros intereses están en grave peligro.

Confiando en nuestras fuerzas armadas - con la desatada determinación de nuestro pueblo - conseguiremos el inevitable triunfo - con la ayuda de Dios.

Solicito que el Congreso declare que ante el no provocado y cobarde ataque efectuado por Japón el Domingo, 7 de Diciembre de 1941, existe un estado de guerra entre los Estados Unidos y el Imperio Japonés.


Wu Ying Ren

Back to Kowloon (V) (próximamente...)

Más información:

-Sobre Pearl Harbour

-Sobre el "Discurso de la Infamia"
Otros materiales relacionados:

- Wikipedia (en español):