No soy un poeta. Y por eso no puedo regalar bonitos versos. Ni bonitos ni feos, no puedo. Aunque quisiera, no podría. ¿Por qué? Porque no soy un poeta. Y aunque no un soy poeta, puede que tenga una musa...
No soy un poeta. La única razón por la que escribo es para expresar lo que no puedo expresar de otra forma. Nadie entiende mis palabras, nadie entiende mis pensamientos; no sirve de nada hablar. Demasiadas prisas, demasiados problemas. Demasiados "¿por qué le das tantas vueltas a todo?". Escribiendo vacío mi mente de cosas que me perturban, y es cómo si hubiera alguien ahí fuera que me entiende. Aunque nadie lo lea, aunque nadie se moleste en comprender, me reconforta. A veces me da la impresión que hay alguien que sí me entiende, que hay una persona que me mira y se ve a sí misma o encuentra lo que está buscando. ¿Quién eres? Probablemente soy siervo de la ceguera y sólo intento agarrarme a algo. ¿Eres tú mi musa?
No soy un poeta. Y ahora resulta que estoy cegado. ¿Qué debo hacer? ¿Eres tú mi musa? ¿Te presentas ante mí sincera o eres sólo una ilusión? Mil años esperaría por ti si me lo pidieras. Mil flechas envenenadas podrían atravesar mi corazón sin vencer mi amor por ti. ¿Eres tú mi musa? Sí, seguro que sí. De ti dirán cosas pero no me importa porque te conozco y sabré si son mentiras. De tus errores hablarán pero tampoco me importará porque eres tan humana como yo. O puede que más...Quiero que confíes en mí, y que me acompañes. Si tú quieres, no voy a obligarte. No tengas miedo, sabes que no te quiero mal. Sabes que quiero que seas feliz. Por favor, ven conmigo.
No soy un poeta. Pero tengo a mi musa. Musa mía, amada fuente de inspiración, ¿te has visto reflejada en mis palabras? Dime, ¿te han hecho sentir algo? ¿Te sientes especial? Sé que no me lo dirás. Pero para mí lo eres. Eres especial. Eres mi musa. Y no quiero renunciar a ti por nada ni nadie en el mundo. Éste será nuestro secreto, no se lo digas a nadie. Cuanto tengo ocasión, alzo la vista al cielo e intento imaginar qué estás haciendo mientras yo vago por mi rutinario mundo. Y en la noche, en mi noche, por muy oscura que sea, siempre hay una estrella brillando. Una estrella que nunca se apaga allí arriba, muy lejos. Esa es mi pena y, a la vez, mi esperanza. Es lo que me da fuerzas para seguir. Y si algún día se apagara, penaré y me arrepentiré de no haber hecho nada más para evitarlo. Lamentablemente...la vida sigue...
No soy un poeta. Por eso tengo que robarle los versos a los poetas de verdad...
"...Y cuidar de las estrellas puede ser un buen castigo..."
Wu Ying Ren 死
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